Es el año 1988 y el Papa Juan Pablo II va a visitar Melo, una pobre comunidad fronteriza de Uruguay. El Pontífice empezará su gira por Latinoamérica en esta pequeña ciudad en la que se espera a más de 50.000 visitantes. Los más modestos están convencidos de que esta visita será milagrosa para el alma y la cartera; mucho creen que vendiéndole comida y bebida a esa multitud se harán casi ricos. Pero Beto tiene una idea mejor: construirá unas letrinas delante de su casa y las alquilará.
Privacidad y cookies: este sitio utiliza cookies. Al continuar utilizando esta web, aceptas su uso.
Para obtener más información, incluido cómo controlar las cookies, consulta aquí:
Política de cookies.