La semana en que se cumplen 20 años del genocidio, un grupo de voluntarios viaja a Ruanda con diferentes fines solidarios. Encabezan la expedición un cooperante experimentado y un voluntario idealista. No comparten método, pero cada uno a su manera, intenta aportar lo mejor a una población que todavía no ha podido cerrar la herida. Dos jóvenes ruandeses apoyan a los activistas durante toda su estancia en el país. Son hijos de una generación que estuvo enfrentada. Ellos, como Ruanda, viven como si nada hubiera pasado, pero a la vez, sin poder borrar la huella de un conflicto que aún les pesa. Proyecto Ruanda es un viaje de color púrpura.
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