Fito está casado con Juana y tiene un niño llamado Jon; y un camión; y una deuda con el banco; y un vicio, el juego, que le impide disfrutar de lo que tiene, porque Fito se lo juega todo. Un día, su hermano Pedro, al que no ve desde hace muchos años, vuelve para pasar unos días con él. Y esa visita, aparentemente banal, perturbará la vida de todos y les dejará una mancha indeleble en el corazón.
Privacidad y cookies: este sitio utiliza cookies. Al continuar utilizando esta web, aceptas su uso.
Para obtener más información, incluido cómo controlar las cookies, consulta aquí:
Política de cookies.