Pedro I, rey de Castilla, con la ayuda del anciano Conde de Alburquerque, de su primo Alfonso, de su tesorero Samuel y de la espada de Diego, el capitán de guardia, gobierna con justicia. Para consolidar el trono, el joven rey está dispuesto a casarse con Blanca de Borbón. Mientras espera a la prometida en palacio, Diego es capturado y es obligado a regresar a Toledo sin la joven.
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