1942 Europa está en llamas. Estamos en Suiza, concretamente en Payerne. Es el momento, la guerra, En estas zonas rurales distantes, la tierra tiene el sabor acre de la sangre de cerdos y del ganado vacuno donde han sido asesinados durante siglos. La economía está mal. Fábricas y talleres de máquinas desaparecen. El Banco de Payerne quiebra. Los hombres tienen que estar al acecho de las minas que están por carreteras y caminos. Los cafés están llenos de moaners. Entre ellos, Fernand Ischi, presumido, astuto, bien informado, fue juramentado, con veinte payernois por el Partido Nazi. Sueña de atraer la atención de la Legación Alemana, e incluso - ¿Por qué no? Del propio Adolf Hitler.
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