Tras salir de la cárcel, Ray Winkler se gana la vida como lavaplatos. Harto de este trabajo, se le ocurre una brillante idea: abrir una tienda de galletas, contigua a un banco, con la ayuda de su mujer y un par de rateros de poca monta. Mientras su mujer atiende el negocio, él y sus socios excavan un túnel que conduce al interior del banco. Pronto se harán ricos, pero no exactamente como habían pensado.
La primera hora es genial, enérgica, divertida, este es el Woody Allen que me gusta. Luego, el director comienza a moralizar y va un poco cuesta abajo, pero afortunadamente la duración razonable aseguró que no me aburriera y todavía vi los créditos finales con una sonrisa agradable en mi rostro.
¿Qué opinas de esta crítica?
Por favor Inicia Sesión para poder valorar esta crítica.
Ya realizaste la valoración de esta crítica.
Gracias por participar.
7
https://unopeliculas.com
Privacidad y cookies: este sitio utiliza cookies. Al continuar utilizando esta web, aceptas su uso.
Para obtener más información, incluido cómo controlar las cookies, consulta aquí:
Política de cookies.