La muerte de mi abuela me obliga a volver a Ciudad de México, donde nunca antes me había parecido tan injusta la relación que tenemos con las empleadas del hogar. ¿En qué medida, yo también, he sido responsable de la invisibilidad de estas mujeres, que siempre estuvieron a mi alrededor?
Privacidad y cookies: este sitio utiliza cookies. Al continuar utilizando esta web, aceptas su uso.
Para obtener más información, incluido cómo controlar las cookies, consulta aquí:
Política de cookies.