Gerry Boyle (Gleeson) es un policía de un pequeño pueblo irlandés que posee una personalidad conflictiva y un sentido del humor subversivo. Su madre se está muriendo, si bien ello no le impide disfrutar de su principal “afición”: las prostitutas. No es de extrañar que, cuando su camino se cruce con el del agente del FBI Wendell Everett (Cheadle), quien quiere capturar a una importante banda que trafica con drogas, a Boyle le importe bien poco la resolución del caso… al menos al principio.
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