Valderama, de 15 años, llamado así por los habitantes de su barrio por su largo cabello rizado, está tratando de obtener la identificación que nunca ha podido tener. No tiene documentación, ni familia, ni identidad oficial. Un día, después de un fatídico encuentro, se ve obligado a salir precipitadamente de la ciudad. Ahora tiene que luchar por la supervivencia en la gran ciudad, en Teherán, donde se encuentra con otros que viven en los márgenes de la sociedad.
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